EL GENERAL
Busca el conflicto.
Pide exigiendo.
Se manifiesta imperativo.
Necesita.
Intriga, calcula, actúa esperando un beneficio que le ayude a gobernar y a perdurar.
Discrimina entre bien y mal. Exige justicia, pero siempre a su favor.
Se puede valer del Rey para lograr sus propósitos pero no lo puede gobernar.
Las personas que están siendo gobernadas por el General muestran un rostro adusto, duro. Sus cuerpos están tensos, contraídos. Enferman.
No está seguro de sí mismo, provoca el cierre de los canales vitales, para evitar ser enmudecido por la voz del Rey.
Quiere que todo, absolutamente todo, gire a su alrededor.
Da sólo si ha calculado un beneficio recíproco.
Utiliza la lógica, la razón para moverse y para gobernar.
También se vale del dolor, de la ilusión, de la proyección, del futuro y del pasado.
Está en la vida para permanecer, para poseer, la sóla idea de dejar esta vida le atormenta porque sabe que no continuará más allá.
Se oculta, no quiere mostrarse tal como es.
Tiene prisa, pues la vida es corta.
Lo importante es la meta, no importa el camino tomado.
Duda, acumula miedos y temores.
Se distrae fácilmente.
Él es lo más importante.
EL REY
No exige.
Vive en el presente.
Da sin esperar una recompensa.
No discrimina entre bien y mal, solamente está viviendo una experiencia.
Está en la vida de paso, sabe que algo le espera después.
Si se manifiesta en la persona, gobierna al General, pero no por imposición, sino porque lo ha trascendido y éste acepta gustoso ser gobernado por su Rey.
Vive para ser uno con todo.
No se manifiesta en la lógica y la razón. No se mueve a consecuencia de éstas.
Las personas que están siendo gobernadas por él, muestran un rostro afable, relajado. Sus cuerpos están distendidos, sanos.
Siempre está seguro de sí mismo, lo que provoca la reacción violenta del general.
No conoce el miedo.
Lo importante es el camino.
Está atento y centrado, pero no a un sólo punto, sino a todo en general.
El tiempo no tiene sentido para el, tan sólo el ahora, por eso no piensa, actúa.
No posee nada.
Todo es lo más importante para él.
Nadie en esta vida es tan sólo un general o un rey. Todos somos un ser completo, pero a todos se nos manifiestan ambos en mayor o menor medida.
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