12 de abril de 2007

JARDINES NATURALES




Jardinería natural es un término que puede haber sido utilizado recurrentemente, cuando uno quiere separar una cualidad que distingue su vergel de los demás. Cuando se introduce una rocalla, un bosquete, un riachuelo,..., se les suele denominar elementos naturales, ya que consiguen evocar en nuestra mente reminiscencias de lo que sería un entorno no antrópico. O bien cuando se aplica un tratamiento específico en él; se aplican abonos orgánicos, se eliminan los tratamientos fitosanitarios con productos químicos,etc.

Yo voy a aplicar mi punto de vista a partir del término 'Jardinería natural', por lo tanto adquiere éste una connotación personal, que por supuesto no excluye a otras, pero que tiene unas premisas básicas muy marcadas, podría decirse imprescindibles.

Mi jardín natural:

1. Jardín y natural son dos términos ciertamente contrapuestos.

Jardín, según la real academia española de la lengua hace referencia al patio, al huerto, al corral, al apartado de la vivienda donde se cultivan plantas, con uso ornamental u hortícola. En cambio natural, hace referencia a naturaleza, y entre otras acepciones encontramos 'Principio universal de todas las operaciones naturales e independientes del artificio' . ¿Por lo tanto si el patio es un artificio, que sentido tiene esta bonita asociación de palabras?

Bien, para mí tiene un significado muy sencillo; la jardinería natural es una forma como tantas otras de acercarse a la naturaleza desde nuestra óptica antrópica.

Pero es la calidad de ese acercamiento lo que diferencia mi jardinería natural de otras. Al igual que no es lo mismo ver una foto de una montaña, de un río, de una arboleda,..., que darse un paseo rodeado de montañas, ríos y arboledas; no es lo mismo vivir cerca de un entorno que intenta imitar la naturaleza que vivir dentro de un entorno natural.

2. Un jardinero natural no es un señor que evita que la vegetación se 'desmadre'.

Hay un error de concepto, a mi modo de ver, en cuanto a lo que conoceríamos como jardinería tradicional; las plantas son seres vivos que como el ser humano, en determinados momentos necesitan ser corregidos , a fin de evitar que causen daños estéticos o funcionales.
En un principio las plantas no tienen una actitud que corregir. Tienen un desarrollo vital invariable, una forma de nacer, de reproducirse y de envejecer que debemos conocer si queremos evitar conflictos con ellas. Nosotros podemos evitar esos conflictos, ellas no pueden.

3. Un jardín natural sirve para aprender de él, no para enseñar con él las virtudes de su realizador o de su poseedor.

Esto implica una revisión bastante profunda de ciertos conceptos de partida, acerca de estética, de funcionalidad. Pero sobretodo implica la inclusión de otros: paciencia, ética, sensibilidad, equilibrio. Cualquiera en contacto con estas cuatro virtudes valorará positivamente el jardín natural.



Un jardín natural puede no estar repleto de flores en cualquier época del año, puede tener grandes extensiones secas y puede no estar todos los años igual de precioso. Pero simplemente observando con atención un paraje natural cualquiera, dando un simple paseo, podremos ver que lo que parece seco o muerto, realmente está latente de vida y en la medida que hay un equilibrio, una paciencia y una ética, sabemos valorar un cromatismo verde, o rojo, como uno dorado, gris o marrón.

4. Un jardín natural no es un trozo de terreno abandonado causante de incomodidades y problemas.

Jardinería natural no implica para mí el abandono de todo lo conocido, de la cultura anterior, de la tecnología actual. No implica una suerte de castigo que debemos pagar por vivir en un entorno tan cómodo y civilizado como el nuestro..., no.

La única óptica válida de jardín natural que contemplo, es la de una actitud por mi parte (y por la de cualquiera) de honestidad en la relación con el entorno. La honestidad en cualquier relación evita que haya engaños, confusiones, diferencias. Y sólo desde el conocimiento y la confianza se puede forjar una amistad duradera y sobretodo enriquecedora.

Conocer el funcionamiento de la naturaleza es conocer a la naturaleza que hay implícita dentro de nosotros mismos. Dudar de las 'leyes' estéticas difundidas por otros individuos y validar las nuestras propias fundadas en el conocimiento de lo que vamos a valorar.

Aplicar pequeños cambios que me permitan ver que se esconde detrás de nuestros conocimientos adquiridos hasta la fecha. En ocasiones el 'no hacer' puede marcar el camino. No se trata de la renuncia a lo que hemos sido hasta ahora, sino de la curiosidad por ver lo que nos hemos estado perdiendo.



1 comentario:

Unknown dijo...

mmm ¿se puede?

bueno yo solo queria comentarte... tienes un punto de vista muy valido, pero a veces uno lo que queire es precisamente romper con ese entorno y hacer un jardin de fantasia donde podamos olvidar que estamos en medio de la nada...