15 de noviembre de 2007

Osho

Si eres una persona inclinada hacia el corazón, no escuches al intelecto, no escuches los argumentos, no discutas. Di tan sólo, «Soy una persona que se inclina hacia el corazón. No me importan para nada las explicaciones». No escuches los razonamientos porque te confundirán. Y puede que a veces te sientas atraído porque el opuesto tiene una atracción sexual. Sucede que una persona emocional puede ser influenciada en gran medida por una intelectual, pues carece de esa dimensión, y uno comienza a percibir que aquello de lo que carece es importante. Y tú no podrás convencer a un intelectual, pero él si te convencerá a ti. No puedes argumentar por ti mismo, pero el sí puede por él mismo. Por eso tu ego se siente herido y empiezas a imitar. Dejas de lado tu tipo y puede que, durante muchas vidas, no seas capaz de reencontrarlo porque cuando un proceso comienza es muy difícil el volver atrás.

Y nunca confundas a nadie. Si percibes que alguien es del tipo emocional, no discutas con él aunque esto no te satisfaga. No discutas, no argumentes, no digas nada. Déjalo que se sumerja en sí mismo.

Somos tan violentos que nadie permite a nadie que permanezca consigo mismo. Todo el mundo anda en busca del otro, todo el mundo trata de convertir al otro a su propio modo de ser sin saber que puede estar destruyendo una gran posibilidad. Insiste en ser tú mismo. No hay ninguna arrogancia en ello. Es una sencilla ley el decir, «déjame que sea yo mismo». Pero cuando empiezas a hablar utilizando los términos del otro, antes o después terminarás por ser succionado por ellos. Por eso si eres del tipo emocional di directamente, «No me importan para nada la lógica u otro tipo de argumentaciones». No discutas, no emplees los mismos términos o el mismo lenguaje. Tan sólo di, «Soy irracional. Tengo fe sin tener una sola prueba, pero la fe me funciona y no necesito más».

Algo fatal le ha sucedido a la mente humana y es que los intelectuales se han declarado a sí mismos como la única clase posible. Han obligado a todo el mundo a aceptar el punto de vista de que son el único tipo correcto y que todos los demás están errados. La educación les pertenece, las escuelas les pertenecen, las universidades les pertenecen. Crean literatura, crean razonamientos, crean pruebas, contra-pruebas, crean filosofías. Se han vuelto excesivamente dominantes y el tipo emocional se está sintiendo inferior: siente que está de más. En realidad, no hay educación emocional, sólo educación intelectual. Esta no conoce el lenguaje de la emoción, no conoce los argumentos de la emoción, no conoce la lógica del corazón. No conoce nada y por tanto se siente culpable. Si tiene fe, si se desarrolla en amor hacia lo Divino, se siente culpable, siente que está equivocada. Nunca te sientas así. Percibe siempre tu propio pulso, lo que eres, lo que es tu naturaleza; y luego decide. O más bien, deja que tu naturaleza decida.

Esos son pues los dos caminos: o bien ser bañado en la luz interior (INTELECTO) o ser bañado en el amor interno (CORAZÓN). Y entonces estarás en el umbral, en los límites dónde la gracia empieza a ejercer su acción. Entra, y halla la fuente, o sal, y descubre al amado.

Recuerda esto también: si has de encontrar la fuente, entra. Si has de encontrar al amado, sal. Para buscar las cosas, has de salir; para buscar al amado, también has de salir. La actitud es distinta, pero el movimiento es el mismo. Encontrar al amado quiere decir descubrir Eso en todo lo que te encuentras. Sal y sigue indagando y llegará un momento en que nada queda excepto tu amado. Entonces eres bañado en amor, y éste será el resultado.

O, entra. Si te desplazas hacia adentro puedes descartar hasta la palabra Dios. En los viejos textos de yoga, no se menciona a Dios en absoluto. E incluso en los textos más modernos, se menciona a Dios sólo como medio. Para alcanzar Eso, Dios es mencionado como medio. Y puedes descartarlo; es prescindible.

Por eso un Buda puede culminar sin ningún concepto de Dios, un Mahavira puede llegar sin ningún concepto de Dios, pero una Meera no puede llegar sin concepto de Dios. Un Chaitanya no puede llegar, porque Dios no es algo prescindible si tu camino es el del amor, porque entonces ¿dónde encontrarás al amado?

Pero, ¡muévete! No permanezcas estático en la vida. ¡Ve hacia la luz o hacia el amor!

FRAGMENTO PERTENECIENTE A LA VISIÓN DE OSHO '¿COMO HALLAR LA LUZ?' http://www.oshogulaab.com/OSHO/VISION/luz.htm

14 de noviembre de 2007

La vida Secreta de las plantas

Voy a transcribir un párrafo de un libro llamado 'The secret life of plants' editado por primera vez en 1974, y que parece hallarse hoy por hoy descatalogado. Lo empecé a leer hace poco y entre muchos hechos sorprendentes que se describen, me ha llamado especialmente la atención la conclusión a la que llega un investigador de las relaciones síquicas entre las personas y las plantas, tras años de experimentos:

Gran parte de las enfermedades y padecimientos de la vida se deben a nuestra incapacidad para deshaogar las tensiones y dar salida a las fuerzas que laten dentro de nosotros. Cuando alguien nos rechaza, nos rebelamos allá en nuestro interior, y retenemos o no queremos olvidar este desprecio. Esto, como demostró hace mucho tiempo el doctor Wilhelm Reich, crea una tensión que queda aprisionada dentro de nosotros en forma de tirantez muscular, que, si no se desahoga, agota el campo de energía del cuerpo y altera su química. Mis investigaciones con las plantas indican la manera de liberarse de esa tensión.

9 de noviembre de 2007

UNA METÁFORA

Érase una vez un país donde sus habitantes vivían en paz y armonía, y donde si ponías algo de tu parte, podías conseguir casi cualquier cosa. Sin embargo, llegó una época en la que los países de alrededor parecieron ponerse de acuerdo para intentar arrebatarles los preciosos recursos de que disponían, y el rey sabio que gobernaba aquel dichoso país buscó y encontró a un valeroso general para mantenerlos protegidos a él mismo, a sus habitantes y a los preciados bienes con los que contaban. Este general era abigarrado, rudo, pero desempeñaba muy bien su trabajo, y mantuvo fuera a las hordas enemigas durante mucho tiempo.

El rey, claro, lo condecoró como se merecía, y éste se sentía profundamente honrado y valioso. Pero a medida que pasó el tiempo, y no se sabe muy bien el porqué, disminuyeron los ataques enemigos, y el general cada vez tenía menos trabajo. Él lejos de sentirse aliviado, comenzó a sentir peligrar no sólo su puesto de trabajo sino su integridad, ya que durante toda su vida vivió para hacer lo que hacía, y no concebía otra forma vivirla. Fue entonces, cuando su atención se centró de fronteras para adentro de su país, y comenzó a perseguir las acciones que él concebía injustas. Estableció leyes y aplicó severos castigos a quienes no las cumplían. Al principio todos estuvieron muy contentos con él porque les parecía que desempeñaba una buena labor, pero con el tiempo sus leyes fueron más estrictas, y hubo quién empezó a sentirse cohibido e incluso asustado. Se formó un comité de crisis y acudieron a ver al Rey, pero él no tenía poder para frenar a su general porque éste contaba con el apoyo de todo su ejército. El país entró así en un periodo en el que a se sucedieron episodios tumultuosos, en los que algunos habitantes se aliaban y luchaban contra su general, y otros sin embargo, en los que tenían que luchar a su lado contra ataques procedentes del exterior.

Todo esto minaba la moral del pueblo, y poco a poco aunque ésta era férrea, a prueba de bomba, la moral del general. Pero llegó un día que éste enfermó y no pudo atender ni a los que atacaban desde fuera ni a los que lo hacían desde dentro. Entonces, ocurrió algo inesperado para la gente del pueblo, las batallas cesaron. Los enemigos dejaron de serlo. El país se encontraba en una época de vacas flacas en recursos, por culpa del desorden interno, y puesto que los enemigos invasores no encontraban tesoros, ni sus habitantes les ofrecían guerra, se aburrían y se iban a saquear países que le ofrecieran de todo eso. Más adelante otros países se acercaron en son de paz, para intercambiar bienes y conocimiento, y todos se encontraron otra vez en armonía. A todo esto el general, que había sufrido mucho en su enfermedad, parecía distinto, su gesto se reblandeció y su actitud era ahora mucho más permisiva e indulgente. A partir de entonces se limitó a ser un espectador más de la dicha en que se hallaba su pueblo, actuando en algunas ocasiones pero con menor intensidad. Fue entonces cuando el rey sabio recuperó la atención del pueblo, y pudo guiarles en sus vidas, siempre que sus habitantes se lo pedían.

A todo esto se me olvidó decir los nombres de los personajes de esta historia. El país se llamaba Ser, el General se llamaba mente, pero había quién lo conocía por el nombre de ego , y el Rey se llamaba espíritu o alma.